Estos se han adaptado a las características ambientales y físicas de las distintas regiones de Puerto Rico. Muchos toleran mejor los eventos climáticos, resisten organismos invasivos y proveen alimento y refugio adecuado a la fauna nativa de la Isla. Además, de ser parte esencial del paisaje natural de las distintas regiones de Puerto Rico, son un componente clave para nuestra biodiversidad.